En el ideal de la formación de un lector, hay una impronta: la formacion se inicia con el acto de escuchar y evoluciona hasta resolver en un sujeto que ha adquirido todas las destrezas necesarias como para ser aumido (y asumirse) como lector. Los procesos antes mencionados y otros muchos que se dan entre el inicio y el desarrollo de la actividad lectora, giran en torno a la palabra. La palabra que narra acontecimiento y hechos que se involucran con la cotidianidad del lector potencial.
Por ello es de vital importancia construir, a partir de la palabra, bases solidas para la cosecución progresiva de destrezas lectoras y para que el acto de leer se convierta en un reto para quien lo ejecuta.
Desde el momento de su nacimiento los niños se enfrentan a diversos estímulos externos y es innegable que todos ellos parten de la lectura: desde la lectura de sus padres hasta la lectura del mundo que están comenzando a conocer. Es importante reconocer el papel que juegan los adultos en el desarrollo de la destreza lectora, como también es importante reconocer el papel que juegan los mediadores entre los adulto que aún no se aventuran por las páginas de un libro.
Escuchar al adulto que lee, seguir las imágenes fantásticas que suscitan sus palabras, reemprender dia tras dia el hilo de la aventura, los lugares y los personajes que esas páginas contienen, es una experiencia importante y probablemente fundamental para todos los niños que mañana querran leer, si saber leer significa necesidad y placer, sobre todo placer.
La lectura deberá acrecentarse con cualquier otra propuesta escolar, con el desarrollo de la edad y las capacidades y exigencias de los estudiantes.
Termino con la siguiente frase "Cuando pensamos, nuestros cuerpos sientesn, cuando nuestros cuerpos sienten, nuestras mentes registran automáticamente la reacción, fundimos sentimientos y pensamientos, mente y cuerpo"